Han sido ocho días con un grupo formidable y con un guía si cabe mejor y a grandes rasgos destacaría una serie de aspectos de la actividad y de la forma de guiar, que no de pastorear de Nacho.
La actividad, a falta de experiencia en Picos puede parecer inicialmente fácil, pero sobre 110 km y 9000 y pico positivos en terreno técnico, aderezado con algún picacho no es una broma. Hoy en día, que muchos creen ser montañeros expertos y grandes trailrunners como consecuencia de tantos medios bombardeando con el mantra where is the limit, es fácil sobreestimar nuestras capacidades, pero la diferencia entre conseguir un objetivo o no, muchas veces puede estar en llevar o no guía
Así, alguna de las etapas de esta actividad se pude hacer DURA, y es aquí donde se ve la capacidad de Nacho para sacar lo mejor de uno mismo, se podría definir como presión motivadora o presión con tacto, dice lo adecuado para ayudar a superar esas situaciones sin que no se dé cuenta de que lo hace. En este terreno, es donde realmente destaca, aplicando una calidad humana que se intuye de serie, ya que esto supongo que difícilmente se aprende sacando una titulación de guía, sino más bien por experiencias vividas en sus carnes o en personas próximas.
Digna de mención también su capacidad de guiar sin que se note su presencia, es decir sólo percibes al Nacho guía cuando puede haber algún tramo delicado, en que ya esta ocupando su sitio y dando indicaciones precisas, sin que en ningún momento se tenga la sensación de que uno está recibiendo ordenes, sino mas bien recomendaciones de un colega que conoce mejor la ruta. En este sentido horarios y otros aspectos se han decidido a nivel grupo, o eso no has hecho creer él,jejejej. Para expresar perfectamente esta idea conviene traer a colación una situación real: El último día de la actividad a un miembro del grupo le entro un afán hipóxico de cumbre, que parecía que estaba afectado por mal de altura, empeñándose en desviarse de la ruta marcada ese día para supuestamente aproximarse a la base del Torrecerredo, garantizando a Nacho que estaba todo controlado y que no había posibilidad de perdida, ante lo cual y a pesar de que su cara indicaba alarma, Nacho solo Recomendó rotundamente que no fuese, sin utilizar en ningún momento el imperativo, lo cual es determinante, porque no puedo imaginarse nada peor que estar una semana en el monte con un régimen manu militare, al fin y al cabo, uno va la monte persiguiendo algo de libertad.
Por último decir que me ha tocado un grupo majísimo, un poco fuerte de más, que en general no tiraba de curriculum montañero pero que cuando lo hacia discretamente, te dabas cuenta de que que había bagaje, así ascender los picos del Gato de las Nieves, que son un montón de tres miles no está al alcance de cualquiera.
En resumen una actividad diez con un grupo y un guía de 20.GRACIAS CHICOS!!!!
Pablo P.