Una experiencia increíble, 100% montañera, con un paisaje repleto de contrastes: impresionantes valles y laderas, magníficos prados verdes, numerosa fauna. En las cumbres, roca caliza, circos glaciares, neveros y una enorme sensación de paz!!
Llegamos el sábado a Torrebarrio y en ese momento cuando nos preparábamos para iniciar la ruta, no puedo dejar de observar con una enorme sonrisa, aquel entorno de ensueño. Nuestra primera cima sera El Prau (2.360 m) y sobre las 09:30 comenzamos a ascender durante aproximadamente 5 km y 1100 positivos. Este recorrido aun con bastante desnivel, se hace fácil en la compañía de Nacho y su profesionalidad a la hora de dar las indicaciones adecuadas.
Llegamos a nuestra primera cima donde las vistas son espectaculares, donde podría quedarme admirando la enorme belleza del lugar durante horas, pero después de comer y descansar un rato, toca seguir, Los Fontanes nos esperan y nosotros deseamos hacer mas cimas… Toca pasar el primer paso de trepada donde se aprecia la increíble diferencia entre la vertiente leonesa y asturiana, a un lado de la montaña el sol brillaba, mientras que al otro lado se apreciaba una densa niebla, como si de dos mundos diferentes se tratara y nosotros tuviéramos la oportunidad de estar entre ellos. Y poco después nuestra segunda y tercera cima, Fontán Norte (2.414 m) y Fontán Sur (2.412m)!!! cada vez mas ilusionada con todo lo que estaba contemplando y viviendo.
Después de sacar algunas fotos y nuevamente observar aquella maravilla, toca empezar a descender, y empieza la subida de adrenalina… la impresionante pedrera del Canalon del Buey!!! una vez mas, Nacho lo hace fácil, no hubiera imaginado que disfrutaría tanto de esa bajada, gracias a sus indicaciones y consejos para hacerlo con total seguridad, lo que en un primer momento daba vértigo, paso a ser uno de los tramos de mayor disfrute, acompañado del paso por algunos neveros, en los cuales pudimos ver rebecos que se refrescaban “pastando” en ellos. Y así finalizábamos el primer día de recorrido de camino al refugio del Meicin, a 1560 metros de altitud, en un precioso valle Glaciar. Allí cenaríamos y descansaríamos para el Domingo hacer nuestra ultima cima Peña Ubiña (2.417).
Despertar en ese lugar ha sido increíble, la paz, el silencio, los colores del cielo… después de un buen desayuno e ilusionada como una niña pequeña, nos ponemos en marcha. Nacho nos guía durante la ascensión con pautas muy claras, donde nos sentimos totalmente seguros en las zonas de trepadas, su larga experiencia se deja ver en esos momentos … después de disfrutar (y mucho) de la increíble subida, llegamos a la cumbre. En ese momento solo pude sentirme afortunada de estar allí, de contemplar lo grandiosas que son las montañas, de que nada es demasiado importante cuando estas allí arriba… es magia!!
Podría estar escribiendo mucho mas sobre esta experiencia, pero en definitiva, ha sido única, llena de increíbles sensaciones, inigualables vistas, donde he podido desconectar para conectar, pero el único consejo que puedo dar es… vivirlo!!
Gracias Nacho por ser un guía tan especial y profesional, deseando sumar mas experiencias.